jueves, 23 de febrero de 2012

Fragmentos I

Noticias desde la zona centro de la ciudad... Entérese!!

La importancia del libro reside en la forma en que nos apropiamos de su contenido, en la trascendencia que la narración establece con nuestra mirada del mundo. Me gusta pensar que dentro del relato, actuamos como una especie de observadores participantes; a veces encarnamos a los personajes y compartimos sus miedos, sus pulsiones, quizá hasta su óptica. En otros instantes, podemos tomar distancia de la prosa o de la imagen poética para analizar y criticar al texto. De cualquier manera, estamos atravesados gozosamente por las letras.
Podría decir vagamente que la literatura de mi generación está pasando por buenas épocas, lo cual no es del todo cierto. Digamos que va ganando salud. Quizá siempre ha sido un buen tiempo para la literatura. En el caso de México, hablamos de nuevas apuestas que abren los puentes para la comunicación entre los diversos estilos literarios. Ya no digamos de las formas narrativas, los discursos, incluso de las poéticas y los lenguajes que se van creando con el correr de las páginas; otro campo de gran discusión e importancia (no sólo porque esté de moda sino porque es una realidad tangible), son los usos de las tecnologías y su implicación para generar otros horizontes lingüísticos y recursos plásticos. 
Todo ello coincide con la edificación de estructurales flexibles, "novedosas", que se construyen por fragmentos, recortes, post-its. Nada nuevo sobre el relieve letrado, pues es una práctica que se ha preservado en las letras francesas desde el siglo XIX, así como en otras glosas y tradiciones no occidentales. Sin embargo la historia se repite, como se repitió en 1922 con el Ulises de Joyce, como lo persiguió Cortázar, como lo siguió Georges Perec; de la forma en que lo reintrodujo Bolaño, como lo persigue Goran Pétrovic, y como incluso, escritores de mi generación y de mi país como Valeria Luiselli, Isaura Contreras o Luis Jorge Boone, lo redefinen.
Seguimos en contacto, mientras tanto, recolecten sus post-its y notas sueltas.

lunes, 13 de febrero de 2012

El espejo roto

Noticias desde Liverpool 16... Entérese!!

En el sello editorial Siruela, existe un libro sobre textos de Clarice Lispector titulado Correo femenino, donde se rescatan diversos artículos que durante más de dos años bajo los seudónimos de Tereza Quadros e Ilka Solares (la identidad de la última queda como ghost writer ya que solares era una famosa actriz y modelo en Brasil), publicó en un par de medios durante la década de los cincuenta. Los temas escritos son básicamente estilo de vida y consejos para mantener la belleza de las mujeres.

A primera vista, las notas pueden parecer cosas nimias, incluso vacuas, sin embargo, al leer con detenimiento encontramos las llaves para entender los relatos de Clarice. Se condensa igualmente un sentido crítico sobre la sociedad brasileña, construida popularmente como física y vanidosa, las diversas figuras y roles desde los que se construyen las mujeres.

El siguiente aspecto relevante, es sugerido a través del cuidado de la edición, así como el continuo ejercicio de la escritora desde otra banda. En el prólogo se indica la suma dedicación con la que Lispector escribía sus columnas; incluso ella misma buscaba y recortaba las imágenes adecuadas para acompañar sus textos, cuando aún la edición era un trabajo artesanal.

Desde mi actual experiencia cotidiana, en la que me enfrento con el teclado y con el desbloqueo de mis ideas, creo fascinante el hecho de que tantas mujeres han podido edificar los caminos de la escritura desde diversas contiendas. Las escenas literarias como sabemos, normalmente son presentadas bajo contextos de  misoginia, lugar común en cualquier contexto, lo interesante es observar como se plantea una contienda, sin pudor o censura, para superar los papeles impuestos por la sociedad en general. Es bien sabido que el lugar al que se relega la escritura hecha por mujeres, es ese espacio rosáceo que llaman "escritura femenina", marca registrada que establece que sólo nosotras sabemos escribir acerca de relaciones, lacrimosas la mayoría de las veces, o sobre corporalidades vanas. Quizá sí, muchas han escrito sobre esos temas, aunque igualmente muchos hombres escriben sobre ello y el resultado en ocasiones se resume temible.

Por fortuna, diversos ejemplos siguen revelándose en el presente literario latinoamericano, no obstante el ejemplo de Clarice, resulta un buen inicio para observar que las mujeres  no sólo escribimos sobre el "eterno femenino",  sino que el espejo se ha roto a partir de la construcción firmemente cincelada de una escritura que regularmente asombra a propias y a extraños.

viernes, 10 de febrero de 2012

Una libertad soberana

Noticias desde Liverpool 16... Entérese!!
 "Yo soy, pero cambio; luego, no soy, y sin embargo soy... He de sacrificar el principio de contradicción en holocausto. Que los dioses honrados con mi acción me sean propicios y me concedan la gracia de legitimar mi existencia en otros medios." Este es uno de los desdoblamientos que se observan en el libro del colombiano Julian Serna Arango, Heterodoxias, editado por Ediciones sin nombre. Inicio con dicho fragmento, porque despliega una postura que se puso muy de moda a finales de la década de los ochenta, esto es estar seguros de quiénes somos y vivir con ello, incluso hacer que los demás lo acepten, principio de aceptación comunal, en donde todos, minorias de todo tipo, histéricas, anarcopunks, abuelas, todos vivamos como era el sueño de la globalización...

Me viene todo esto, en parte porque nos encontramos en tiempos límite en donde se han prefijado las condiciones para vivir, bajo mandatos poco éticos y sumamente deshumanizantes. Por otro lado, porque creo que las alternativas de vivir bajo la ruina del proyecto neoliberal, posmoderno, hegemónico, occidental recalcitrante, o como usted deseé llamarlo, evidentemente son formas agotadas. Normalmente la filosofía, ha intentado dar explicación, visibilidad y punto de quiebre a los problemas que aquejan al ser humano, incluido el poder vivir con uno mismo, sin embargo no sé cómo pueda resolverse la condición individual si existe  la imagen de Pedro Pardo, la cual ha sido seleccionada por la World Press Photo.

Hasta dónde las acciones de los demás nos han encausado a vivir en Estado de excepción, y sin embargo tristemente nosotros lo hemos permitido. Es nuestra responsabilidad que una imagen tan grotesca y triste haya sido tomada en nuestro país, que no sólo estoy hablando de nosotros, sino en general el hecho de que exista una reproducción constante de éstas imágenes a lo largo y ancho del mundo. Su existencia, el hecho de que miles de seres humanos sean valorados como objetivos móviles de dichos disparos, definitivamente resuelve el hecho de que ninguno hemos sido capaces de superar la ruina de la historia. Ha sido nuestra decisión vivir entre sangre, corrupción, miedo y encierro.

Por la tarde leía el editorial de la Playboy de este mes. Fui gratamente sorprendida, no sólo por las bellas fotos de Vanessa Bauche, sino porque me pareció muy congruente lo escrito por Gabriel Bauducco. El editor lanza aseveraciones bastante apremiantes, admitiendo que lo que vivimos en México, luego de la escalofriante cifra de muertos en este sexenio que el propio Estado ha dado a conocer, en realidad sí es una guerra; lo interesante de su opinión, es que exclama que es una guerra que a todos nos afecta, independientemente de que vivamos en zonas que no son propiamente áreas denotadas como peligrosas, simplemente ésta guerra es responsabilidad de todos.

Lo anterior no sólo tiene que ver con que hayamos dejado a Calderón apoderarse de un Estado de forma ilegítima:  en seis años no hemos exigido las formas políticas, legales y civiles para que el Estado se conduzca de forma ética y nos dote a todos y cada uno, sin importar ninguna condición social, racial, sexual, física o religiosa, lo que la Constitución marca como derechos; hemos dejado que se creen alteraciones a los derechos sin previo aviso. Recordemos que no sólo es Calderon, sino el poder de ambas Cámaras, pues ellas son las encargadas de gestionar dichas modificaciones. Esto también lo hemos propiciado, no hemos exigido a cada uno de los diputados y senadores, así como a la lastimosa minoría de mujeres que nos representan en el Congreso, a que ayuden a establecer el País que todos merecemos. Es nuestra obligación buscar las formas adecuadas para lograr la libertad que cada persona merece. Será entonces cuando encontraremos la libertad soberana.